Si quieres llevarte el móvil a la playa sigue estas recomendaciones


Cada verano se cometen los mismos errores, bajar a la playa con el móvil sin pensar demasiado en las consecuencias. Y cada año se aprenden lecciones nuevas. Que si la arena se mete por los altavoces, que si el sobrecalentamiento por tenerlo al sol, que si una ola traicionera termina por dejarlo KO… Por eso, es interesante que tengas en cuenta estas recomendaciones si también eres de los que no se despega del teléfono ni en vacaciones.
Cuidado con el sol y el calor
El primer enemigo silencioso del móvil en la playa es el calor. No es necesario que le dé el sol directo durante mucho rato para que empiece a sobrecalentarse y funcione más lento, o incluso se apague. A mí me pasó hace tiempo con un iPhone, lo dejé en el asiento del copiloto del coche mientras conducía a la playa. Desde entonces, trato de tener cuidado y cuando voy a la playa, lo envuelvo en la toalla o en la camiseta. Quien evita la tentación evita el peligro, pero si tu teléfono sufre un golpe de calor, lo más indicado es seguir estas recomendaciones para que vuelva a la vida.
La arena entra por todos sitios
Otra pesadilla veraniega es la arena. Tan fina y aparentemente inocente, pero capaz de colarse en los puertos de carga y en los altavoces. Mi truco infalible es llevar el móvil dentro de una funda impermeable tipo pouch, de las que se cierran herméticamente y permiten usar la pantalla sin sacarlo. No son caras y te salvan de más de un susto. También puedes usar una simple bolsa de congelación con cierre zip, si te apañas bien con eso.
El agua salada no perdona
Si alguna vez se te ha mojado el móvil con agua de mar, sabrás que es aún peor que el agua dulce. La sal es corrosiva y puede dañar componentes internos en cuestión de minutos. Incluso los modelos resistentes al agua (IP67 o IP68) no están preparados para este elemento.
Aunque mi móvil tenga certificación IP68, prefiero no tentar a la suerte. Las fotos acuáticas las dejo para las cámaras deportivas o para fundas específicas sumergibles. Si aún así decides jugártela, ten a mano una botella de agua dulce para enjuagarlo inmediatamente después y seca bien los puertos antes de intentar cargarlo.
La batería también sufre en verano
Otra cosa que me ha pasado es que la batería del móvil vuela en la playa. Entre el brillo al máximo, la grabación de vídeos, la conexión inestable del 5G, los filtros de Instagram y el calor te puedes quedar sin carga antes de que acabe la mañana.
Por eso siempre voy con una batería externa pequeña, de esas planas que no pesan ni ocupan espacio. Y si tienes una sombrilla con bolsillo interior, ahí puedes dejarlo cargando a la sombra sin que moleste. Uno de mis últimos descubrimientos ha sido este, que es genial para los del ecosistema Apple.
Evita robos y extravíos
Parece obvio, pero en la playa es más fácil despistarse. Un móvil sobre la toalla, mientras te bañas, es un caramelo para los amigos de lo ajeno. Por eso, lo que hago ahora es dejarlo a la vista de alguien del grupo. Y si estoy solo, lo llevo conmigo o lo dejo escondido dentro de la mochila, bajo varias capas de ropa.
Apps útiles si vas con el móvil a la playa
Ya que te lo llevas, sácale partido. Hay apps que pueden hacer tu jornada playera más cómoda, desde Windy para ver el viento y las olas, hasta iPlaya para saber cómo está el mar o si hay bandera amarilla. Incluso puedes llevarte descargadas playlists o series por si la cobertura no acompaña.
Llévate el móvil a la playa, pero con cabeza
No se trata de dejar el móvil en casa, sino de usarlo con sentido común. Si sigues estas recomendaciones, podrás sacar fotos, mirar el tiempo, escuchar música y estar en contacto con alguien sin preocuparte por acabar el día con el teléfono dañado o sin él. Porque disfrutar del verano también es no tener que lamentar un disgusto tecnológico.